Hola soy Trilo, vuestro guía virtual |
Comenzamos
la ruta desde el aparcamiento. Esta sigue la traza de una antigua carretera,
proyectada en los años 40-50 del siglo pasado para alcanzar el embalse de
Cijara, pero que fue abandonada antes de construirse los puentes. Observaremos la
vegetación del boque de ribera y varios puntos de interés geológico; ocasionalmente
se puede ver el buitre negro y leonado, el águila real, la culebrera, el martín
pescador y el mirlo acuático, la cabra montesa, el galápago leproso etc. Según
caminamos vemos jara pringosa, cantueso, romero, etc.
Durante
el recorrido podremos ver pizarra, de un color azulado oscuro y divisible en lajas, por lo que es muy
frágil. Según nos adentramos en el parque, las cuarcitas tienen tonalidades más claras y son
rocas duras y compactas, por lo que resisten bien la erosión y generan los
principales relieves.
En
el punto de partida, el aparcamiento, encontramos un mapa del Parque Nacional
con una breve historia de cómo se constituyó. Cabañeros se caracteriza por la
conservación del bosque mediterráneo.
Desde
el aparcamiento comenzamos la ruta y nuestra primera parada es el puente que
cruza el arroyo del Chorrillo. Nada más cruzar la pasarela encontramos un gran
alcornoque más un cartel que nos indica que ya estamos en el Parque Nacional.
Durante
la marcha veremos quercus, la encina y el alcornoque de hoja perenne, y el
quejigo y el roble de hoja caduca. Dependiendo de la época del año en la que
nos encontremos, encontraremos además gran variedad de setas, brezo blanco y
rosa, retama, tomillo y romero. Es muy importante decir que no podemos
destruir, arrancar o llevarnos a casa nada que se encuentre dentro de la ruta;
es decir, ningún elemento natural de los protegidos por el Parque Nacional.
Tras
unos pocos metros de ruta, podemos ver el río Estena y el paraje que da nombre
a la ruta, El Boquerón del Estena. Boquerón, que en este caso deriva del estrecho
o “boca” por la cual pasa el río entre dos montañas. Transcurridos apenas 20
metros llegamos a “las tres Torres”, llamadas brechas de falla en geología, y
una formación que con el paso del tiempo se convertirá en otra torre. Debajo
del camino, junto a las torres, hay una cueva en la cual vivió un hombre
apodado “tío Cestero”. Este hombre fabricaba cestas y las intercambiaba por
comida y víveres. La cueva fue el hogar del tío Cestero hasta que falleció y
más tarde se cubrió de lodo, con la construcción de la carretera.
Las
Pedrizas o canchales que vemos a nuestro paso, son formaciones muy
típicas de los Montes de Toledo. Son “ríos de piedra” formados por bloques de
cuarcita que bajan agrupados por las laderas, cuyo espesor y movimiento impide
que crezca vegetación. Los fragmentos de cuarcita se liberaron por la acción
del hielo y deshielo en época de las glaciaciones del Cuaternario.
Seguimos
con nuestra ruta y nos detenemos en el “Risco Tirapanes” en el cual hay un
panel informativo. En el siglo pasado los aldeanos eran pastores, carboneros… y
frecuentaban la zona para trabajar. Eran muy habituales las crecidas del Río
Estena, por lo que las personas y
el ganado que se quedaba en la otra orilla del río, no podía cruzar para volver
a sus casas. Los familiares de estas personas, que vivían en el pueblo, iban a
este risco a tirarles pan y alimentos para poder sobrevivir hasta que bajara el
caudal del río. De aquí viene el nombre del risco “Tirapanes”. Sin movernos de
lugar y mirando hacia el río, podemos apreciar unas encinas. Desde el risco
podemos ver un tejo milenario.
Observamos
el arce de Montpellier y el enebro. Por las mañanas, con los primeros rayos de
sol salen los galápagos y se suben a las piedras del río para calentarse.
En
la geo-ruta nos remontamos al Paleozoico (era “primaria”), concretamente al
periodo Ordovícico inferior. Podemos ver las huellas que dejamos yo y otros trilobites, lo que ahora llamáis
cruzianas.
Si
estamos sedientos y cansados, podemos beber agua en la fuente del fresno,
llamada así por estar situada debajo de un gran fresno.
Continuamos
con nuestro recorrido y llegamos a una pasarela de madera: una vez la crucemos,
dejaremos el río a nuestra izquierda.
Hace
centenares de millones de años eran comunes las grandes tormentas y tempestades
de las que quedan rastros actualmente, a modo de
planos abombados en las capas de cuarcita.
En
cuando a la vegetación, podemos ver más fresnos, cornicabra, jara blanca,
enebro, tejos, abedules y acebos.
Continuamos
caminando por la inacabada carretera, con el río a nuestra izquierda y nos
detenemos junto a un canchal para ver las huellas de los gusanos gigantes. Una
de las galerías principales mide doce metros de largo por veinte centímetros de
ancho. Existen otras huellas más
pequeñas y complejas de localizar. A nivel mundial, son las huellas de gusanos
marinos más grandes conocidas. Podemos examinarlas más de cerca a través de una
réplica de ellas expuesta en la casa rural Boquerón de Estena.
El
mejor lugar de Europa para observar la discordancia angular entre las rocas del
Cámbrico y Ordovícico está también en este valle, con el paso de capas
verticales (Cámbrico) a capas inclinadas (Ordovícico), conocida por los
geólogos como “Discordancia Toledánica”. Las discordancias son contactos
erosivos de sedimentos, muchos de ellos vinculados con movimientos tectónicos a
nivel de cuenca de sedimentación.
Concluimos
la aventura al llegar a una alambrada que nos cierra el paso, y que marca el
límite de una finca privada dentro del parque. En sus inmediaciones podemos ver
rizaduras de oleaje (ripples) en
ambos lados y en el suelo. No es
un recorrido circular, por lo que debemos volver sobre nuestros propios pasos
hasta el aparcamiento.
Después de unas tres horas caminando, se nos ha abierto
el apetito… así que… es buen
momento para retomar el coche y dirigirnos al restaurante Boquerón de Estena,
sito en Navas de Estena, camino del río kilómetro 1,5. Allí podremos degustar
las mejores migas manchegas, queso de la tierra, embutido de venado, carne de
ciervo y jabalí, buenos vinos y unos postres deliciosos para
recuperar la glucosa del cuerpo.
Tras la comida, podemos disfrutar de la exposición permanente de fósiles y
de las réplicas de las huellas de
gusanos, así como de la superficie con Cruziana más grande del mundo.
Reserva visitas guiadas gratuitas:
http://reddeparquesnacionales.mma.es/parques/cabaneros/acti_recreo/activ_recreo004.htm
Reserva casa rural:
http://reddeparquesnacionales.mma.es/parques/cabaneros/acti_recreo/activ_recreo004.htm
Reserva casa rural:
- Teléfonos: 689 125 108 – 609 416 745
- Mail: boquerondestena@boquerondestena.com